Elecciones Judiciales en Bolivia: No hay Democracia sin Justicia
En este dossier especial de Transparencia Electoral, Rosario Baptista, Ex Vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia e integrante del Consejo de Expertos de Transparencia Electoral, nos entrega una semblanza sobre las elecciones judiciales en Bolivia, advirtiéndonos, en su estudio, que “no hay democracia sin justicia”. Nos advierte que durante 12 años el órgano judicial boliviano ha funcionado con Magistrados electos bajo el mecanismo adoptado en la Constitución, y que esto ha traído muy malos resultados para la institucionalidad boliviana. La pregunta es, dada la profunda crisis que vive el sistema, ¿por qué es tan contraproducente este sistema de administración de justicia?
Según Baptista, la democracia ha sucumbido en Bolivia ante el andamiaje ideológico impuesto por el partido gobernante, que se contrapone al concepto de República y sistema democrático adoptado por Bolivia, desde su creación como República y ratificado en la Constitución de 2009. En el terreno práctico, el Partido Movimiento al Socialismo (MAS)– Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) ha impulsado un proceso de “desmontaje de la República” construyendo una narrativa en torno a la inclusión indígena y a la descolonización al instalar el Estado Plurinacional.
Como muchas otras autocracias electorales, el MAS-IPSP está utilizando la vía electoral como medio para perpetuarse en el poder, valiéndose de los instrumentos de la democracia, a la vez que los reduce y destruye. Bajo este modelo, que muchos índices internacionales ya reconocen como híbrido, el Estado es utilizado como un instrumento coercitivo, como el medio para instalar un bien común que solo está alojado en la mente del dirigente, que es el único que conoce e interpreta la voluntad colectiva del pueblo.
Este contexto ideológico e institucional explica la situación que vive el órgano judicial y el juego político que fluye debajo de los procesos electorales para su conformación. Hoy, la situación política y económica que atraviesa el MAS-IPSP no es la misma que la de hace 13 años, pues ya no cuenta con una mayoría parlamentaria, en consecuencia, no tiene el control del órgano legislativo. El MAS-IPSP en la actualidad tiene muchas fisuras internas que le restan cohesión para actuar como un bloque organizado para cubrir todos los frentes, especialmente, cumplir con los compromisos internacionales adquiridos durante largo tiempo.
Es por eso que las elecciones judiciales, que por mandato constitucional debieron celebrarse en 2023, fueron postergadas indefinidamente. El MAS-IPSP no puede o no quiere arriesgarse a perder el control, no sólo de la administración de justicia, sino de la conciencia de todos y cada uno de los Magistrados que la conforman, piezas fundamentales para permanecer en el Poder.