Observadores Electorales: Defensores Activos de los Derechos Humanos en el Ámbito Electoral
Por Bárbara Benetti
Coordinadora de la CAOESTE
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, es fundamental abordar el papel crucial que desempeñan los observadores electorales como defensores activos de los derechos fundamentales en el ámbito democrático. La observación electoral se erige como un pilar esencial en la salvaguarda de los principios democráticos, desempeñando un rol crítico en la defensa de los derechos humanos en el contexto de los procesos electorales. Este análisis se sumerge en la intrincada relación entre la observación electoral y la promoción de la justicia, la imparcialidad y la rendición de cuentas, destacando cómo los observadores electorales se transforman en defensores activos de los derechos humanos.
La esencia de la observación electoral radica en la presencia de individuos imparciales y capacitados que supervisan cada fase del ciclo electoral. Estos observadores, provenientes de organizaciones nacionales e internacionales, no solo buscan garantizar la transparencia del proceso, sino que se convierten en actores fundamentales en la protección de los derechos humanos con la capacidad de identificar y denunciar prácticas electorales injustas o fraudulentas que podrían socavar la legitimidad del proceso.
La Relatora Especial sobre la situación de los Defensores de los Derechos Humanos de la ONU, Mary Lawlor, junto con Clément Nyaletossi Voule, Relator Especial sobre la Libertad de Reunión Pacífica y de Asociación, emitieron una declaración conjunta resaltando la importancia del papel de los observadores electorales como defensores de los derechos humanos. En la misma, subrayan que estos observadores, tanto nacionales como internacionales, enfrentan crecientes desafíos tales como la salvaguardia de los derechos civiles y políticos, abarcando sufragio, afiliación política, libertad de expresión, asociación, acceso a información, medios, reuniones pacíficas, circulación y seguridad.
A su vez, destacan la responsabilidad de los Estados miembros, según el derecho internacional, de proteger estos derechos y libertades. Además, se aboga por preservar el espacio cívico y reconocer el derecho a la protección de los observadores electorales nacionales e internacionales en el contexto electoral.
La imparcialidad de los observadores electorales es crucial para asegurar que todas las partes involucradas sean tratadas equitativamente. Al permanecer independientes de las influencias políticas locales, estos defensores de los derechos humanos abogan por un proceso electoral donde cada ciudadano tenga la oportunidad de ejercer su derecho a votar sin temor a represalias o discriminación.
Según Jesús Delgado, Director Ejecutivo de Transparencia Electoral, “la observación electoral cumple un rol fundamental en el escenario actual de recesión democrática. Las personas que se dedican a esta labor, son defensoras de los derechos humanos e incluso arriesgan en ocasiones su seguridad y sus vidas cuando actúan bajo regímenes no democráticos. Por ejemplo, monitorear los procesos electorales en Cuba, Venezuela o Nicaragua puede ser causa de detenciones arbitrarias”.
En conclusión, la observación electoral trasciende su función aparente al convertirse en un catalizador para la defensa de los derechos humanos en el ámbito electoral. Los observadores electorales, al abogar por la justicia, la imparcialidad y la rendición de cuentas, se erigen como guardianes de la democracia, contribuyendo a la construcción de sociedades donde la voz de cada ciudadano cuenta y los derechos fundamentales son respetados y protegidos.