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Transparencia Electoral propone incorporar a anteriores autoridades del TSE y convocar una Misión de Observación Internacional para las elecciones de Bolivia

El 20 de octubre se celebraron elecciones generales en Bolivia, en un contexto de alta conflictividad, marcada sobre todo por el antecedente del desconocimiento de la voluntad popular expresada en el referendo de febrero de 2016 en el que la ciudadanía boliviana negó una reforma constitucional que permitiera que el presidente en ejercicios, Evo Morales, optara a una cuarta candidatura consecutiva.

A finales del año 2018 renunciaron los más altos cargos del Tribunal Supremo Electoral, la ex presidenta Katia Uriona y el ex vice presidente Jose Luis Exeni. A partir de la presidencia de María Eugenia Choque, se denunciaron decenas de despidos en áreas sensibles del órgano electoral hasta inicios del 2019.

Con estos antecedentes, se celebrarían las elecciones generales el 20 de octubre de este año. A las 19:50 hs de Bolivia, se interrumpió el sistema de transmisión de los resultados electorales preliminares (TREP), cuando se había cargado el 83,76% de las actas. En ese momento, según datos oficiales había una diferencia entre los dos primeros candidatos (Evo Morales 45,28% – Carlos Mesa 38,16%) que indicaba que habría una segunda vuelta.

24 horas después se reanudó la publicación de los resultados, y con el 95,37% de los votos escrutados, Morales obtenía un 46,86% de los votos frente al 36,72% de Mesa, evitando así una segunda vuelta.

Debido a estas graves irregularidades, la OEA convocó a un grupo de especialistas para que auditara el proceso electoral, que concluyó que las fallas identificadas en la seguridad de los procesos vinculados a la transmisión de las actas, que además fueron confirmadas de manera independiente por una auditoría privada contratada por el ente electoral, no podrían certificar el resultado de la elección.

Ante este escenario, y en vista de las elecciones que se celebrarán en los próximos meses para elegir a un nuevo presidente, desde Transparencia Electoral consideramos que para que el proceso electoral no se vea amenazado por las irregularidades antes mencionadas, y el resultado sea aceptado por todas las partes, es necesario al menos:

  1. Considerar la reincorporación del personal jerárquico del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia que fue despedido o “invitado” a renunciar el año pasado: Estos funcionarios, algunos con carreras de más de diez años, cuentan con el conocimiento técnico para dar cuenta de las irregularidades que se perpetraron, hacer un diagnóstico y presentar un plan de normalización.
  2. Garantizar el acompañamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), y otras organizaciones nacionales e internacionales de la sociedad civil para que puedan dar seguimiento a todas las fases del ciclo electoral.

En un momento de incertidumbre como el que está viviendo Bolivia, es menester convocar a elecciones libres, íntegras y transparentes, en las que los ciudadanos puedan expresar sus preferencias y legitimar a sus líderes.

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