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La narrativa del fraude llega a Paraguay 

El domingo 30 de abril se llevaron a cabo las elecciones generales en Paraguay, dando como ganador en la categoría presidencial al candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, con el 42,75% de los votos. Un día después de los comicios se registraron manifestaciones en las inmediaciones del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) con personas denunciando fraude y supuestas irregularidades provocadas por las máquinas de votación (Boleta Única Electrónica), que se usaron por primera vez en unas elecciones de este tipo.

Los candidatos opositores denuncian fraude electoral

Las protestas iniciaron frente a la sede del TSJE luego que los candidatos opositores denunciaran fraude y reclamaran el conteo manual de los votos. El primer candidato en manifestarse mediante las redes sociales fue Paraguayo Cubas, de partido Cruzada Nacional, quien quedó en tercer lugar con el 22,93% de los votos, exhorto a la población a rebelarse contra el fraude.

A su vez los candidatos, Efraín Alegre, quien quedó en segundo lugar con el 27,48% de los votos, y Euclides Acevedo, del partido Nueva República, también manifestaron que hubo irregularidades en los comicios que deberían ser investigadas. Reclamaron la auditoría del 10% de las urnas electrónicas con la presencia de una consultora internacional. Además, pidieron el conteo manual de las boletas electorales, una por una, y su comparación aleatoria con el 10% de las actas de escrutinio realizadas al finalizar los comicios del domingo.

¿Cómo se construye la narrativa del fraude?

La latente manifestación de un supuesto fraude electoral por los candidatos opositores y sus seguidores trae consigo una multiplicidad de consecuencias, ya que, como lo menciona Leandro Querido en su artículo la “Narrativa del Fraude” entendida como Fake News, “La narrativa de fraude atenta contra la legitimidad de las instituciones democráticas, y pretende generar un caldo de cultivo para poner en duda los resultados electorales.”

Los distintos partidos del Paraguay, así como incluso algunas misiones de observación electoral, denunciaron compra de votos, entrega de dádivas, acarreo de votantes y voto asistido, entre otras irregularidades durante la jornada electoral. Sin embargo, estas irregularidades no constituyen por sí mismas fraude electoral. 

En este caso, los candidatos opositores están denunciando un fraude a través de las máquinas de votación, como vimos en las elecciones de los Estados Unidos de 2020 y en las de Brasil de 2022.

Cubas, Alegre y Acevedo han aprovechado el cambio de instrumento de votación para generar suspicacias sobre su confiabilidad. En el caso de que tengan pruebas, deberán presentarlas ante la justicia electoral para que determine si ha habido un fraude electoral, errores en el conteo y/o la transmisión de datos, u otras irregularidades. 

En este sentido, el informe preliminar de la Misión de Observación Electoral de la OEA en Paraguay señaló que de existir denuncias y evidencias de fraude electoral deben presentarse por las vías institucionales correspondientes y no en las redes sociales o algún otro medio no oficial.

Denuncia del Tribunal Electoral de Paraguay

Como menciona Jesús Delgado, director ejecutivo de Transparencia Electoral: “las teorías de los políticos para auto justificarse y alegar fraude son muy similares. Supuestos patrones estadísticos; hackeos rusos, cubanos y chinos; interrupciones del conteo; transmisión de votos a otros países”.

En este caso, volvemos a ver una elección polarizada en la que los candidatos perdedores denuncian inmediatamente fraude sin presentar pruebas contundentes que acompañen sus reclamos.

Así como en los casos de los Estados Unidos y Brasil, en Paraguay las protestas han dejado decenas de detenidos y numerosos daños a instalaciones públicas, aunque las misiones de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE) mencionan en sus informes preliminares que no cuentan con evidencia de fraude que respalden las acusaciones de los ex candidatos a presidente.  

Por su parte, el Tribunal Electoral presentó una denuncia penal ante el Ministerio Público por los hechos punibles contra la seguridad de la convivencia entre las personas, perturbación de la paz pública, apología del delito, hechos punibles contra la constitucionalidad del Estado y el Sistema electoral, impedimento de las elecciones, entre otras acusaciones, que tienen como receptores líderes de partidos políticos, movimientos, alianzas y concentraciones.

Las acusaciones ligeras de fraude causan un gravísimo daño a las instituciones electorales, que se han ganado con esfuerzo la confianza de la ciudadanía en largos procesos de consolidación democrática.

Si bien los partidos están en su derecho de presentar las denuncias en caso de que hayan resultado agraviados, deben ser responsables a la hora de hacer reclamaciones y denuncias públicas, ya que el daño causado puede ser irreversible.

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