Planificación y diseño de estrategias conjuntas con los tres niveles de gobierno y la sociedad civil organizada, de medidas de seguridad específicas para salvaguardar el proceso electoral.

La pandemia trajo consigo una redefinición de los procedimientos y protocolos de los procesos electorales en nuestra geografía nacional, ante el riesgo de la propagación del Covid-19 en la ciudadanía y los funcionarios electorales. Por ello, las autoridades electorales de todos los niveles diseñaron amplios operativos para implementar las medidas sanitarias suficientes, a fin de que en todas las etapas de los procesos electorales se cumplieran en cada actividad, las recomendaciones y disposiciones en materia de salud para la prevención del coronavirus como: la distancia física entre las personas, las medidas de protección personal y las medidas ambientales, remarcando su importancia.

Se dice fácilmente, pero la redefinición de los procedimientos y protocolos del proceso electoral requirió de un amplio análisis que llevó, en un primer momento, a la elaboración consensuada y coordinada, con la participación de los tres niveles de gobierno y la sociedad civil organizada, de medidas de seguridad adecuadas para la protección de la salud pública durante los procesos electorales, posteriormente al diseño de estrategias para dar confianza a los votantes, y finalmente a un minucioso programa de implementación.

Incluso, la crisis sanitaria del COVID-19 podría revelar el grado de madurez de nuestra democracia por la vulnerabilidad natural de las relaciones entre la ciudadanía y sus representantes en los espacios públicos, y por exponer el nivel de transparencia de los distintos niveles de gobierno y su capacidad en la atención de la crisis sanitaria con la urgente solución de sus devastadores efectos sociales. Finalmente, lo más importante es la certeza de organizar los procesos electorales priorizando la seguridad sanitaria de la ciudadanía con pleno respeto a nuestros principios democráticos.

Por eso, con el fin de instrumentar medidas de seguridad sanitaria que prevengan contagios y la propagación del virus, los Organismos Públicos Locales (OPLES) emitimos diversos proyectos de Protocolos para la Seguridad Sanitaria para aplicarlos en el Proceso Electoral Ordinario 2020-2021 que se desarrolló durante la emergencia sanitaria; estos protocolos permitieron tanto la salvaguarda de la salud e integridad de la población, de las personas servidoras públicas del Instituto, así como  el cumplimiento de las atribuciones que se tienen encomendadas por mandato de Ley, garantizando la celebración libre, auténtica y periódica de las elecciones en las 32 entidades federativas de la República Mexicana. Entre los instrumentos destacados se encuentran:

  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para Registro de Candidaturas.
  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para Campañas Electorales.
  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para Distribución de Paquetes Electorales a Consejos Distritales y Municipales Electorales.
  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para Recepción de Paquetes Electorales en los Consejos Distritales al término de la Jornada Electoral.
  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para Sesiones de Cómputos Distritales.
  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para Cómputos Estatales.
  • Protocolo de Seguridad Sanitaria para el Programa de Resultados Electorales Preliminares y Simulacros.

Con estos instrumentos se logró que no solo las y los involucrados en estas actividades se protejan y cuiden a sí mismos y a sus familias, sino también mejorar su sentido de seguridad y pertenencia a la sociedad, así como en la corresponsabilidad en el cuidado de la salud, permitiendo el desarrollo de las actividades, salvaguardando la salud e integridad de las personas y el cumplimiento de las atribuciones que, por mandato de Ley, le fueron encomendadas a los órganos electorales.

Sin duda la pandemia ha puesto a prueba a nuestro sistema electoral al enfrentar el reto de no afectar la salud pública, con un alto riesgo de vulnerabilidad, por diversas disposiciones legales imprescindibles como la de que los votantes sufragan en centros de votación de modo presencial en un mismo día. En ese sentido, ante el importante alcance de las elecciones para llevar a cabo la renovación de los espacios políticos, las restricciones sanitarias para hacer frente a la pandemia son un reto para nuestra democracia, ya que podrían limitar de manera decisiva la participación de la ciudadanía en los procesos electorales, lo cual no fue el caso para este proceso electoral, ya que los niveles de participación ciudadana fueron incluso elevados para una elección intermedia.

La gran capacidad de nuestro sistema democrático deriva de un proceso continuo de experiencias que la mayoría de las veces fortalecen a nuestras instituciones ante los desafíos. Aunque la pandemia supone escenarios complejos con alcances difíciles de estimar, según los expertos, las experiencias han demostrado que es posible celebrar procesos electorales seguros en medio de crisis sanitarias como la que estamos padeciendo. Además, debemos ver la atención gubernamental de los devastadores efectos sociales de la crisis sanitaria, como una oportunidad para demostrar la fortaleza de nuestro sistema electoral y nuestro compromiso con México y la ciudadanía ante retos como este.

María del Mar Trejo

Maestra en Ciencias de la Educación, Consejera Electoral del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán. Conferencia Americana de Organismos Electorales Subnacionales (CAOESTE).